Los días pasaban y la rutina hacía que me sintiese cada vez más inerte en el mundo. No tenía ilusiones, me faltaba la vida que muchos agradecerían tener porque mi mundo es sólo un pañuelo para otros.
Insignificante, manejable y fácil de desechar. O eso es lo primero que pensáis cuando llegáis a leer esto de una loca que intenta poner cordura en el mundo.
Mi vida no es un pañuelo por ser insignificante, sino porque agrando los problemas más de lo que estaban al principio.
No soy pesimista ni mucho menos, incluso a veces me identifico con la luna que brilla pese a que todo se vea oscuro. Entonces lo encontré pero no tuve mas remedio que callarme.....las palabras no eran suficiente para describirlo.
En donde millones de libros describen, hablan o sueñan con ese pecado que te lleva al cielo.....aquello fue mi primer amor. Me hizo volar, pero no en el cielo sino más allá de los sueños.
Con él vi que el error nunca es querer y que te fallen, sino querer y no darlo todo por miedo a equivocarte. Comprendí que lo imposible se escribe con tinta y ya deja de ser un sueño.
Él simplemente......fue mi primer amor vivo en un papel.
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