martes, 15 de julio de 2014

Las caras del mundo



Ella estaba mirando a la luna. De sus ojos morados brotaban centenares de lágrimas que ni con el vaho de los cristales se podía comparar. Lo veía en la luna. Sí, era él y no el reflejo que quería demostrar el Sol ni el agua. Querían castigarles por sus actos, un ángel que ama a un mundano aún no es aceptado por el Dios. Le arrancaron sus alas y lo apartaron apartaron de ella. A otra dimensión. a otro lugar, !no se a dónde¡ Sólo sabia que le echaba de menos y que su único amigo siempre ha sido y será la Luna, que llora en océanos e inunda mares destruyendo lo que el Sol y Dios quieren crear. Mientras Dios se toma esto como un juego de enamorados, dos corazones lloran por dentro hasta que mueren, y es ahí, en el cielo, cuando pueden estar juntos.

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